Esta semana se anuncian marchas de protesta en las localidades de La Oroya, Lima y Huancayo. Como se sabe la situación de las unidades de La Oroya y Cobriza se han complicado por el propio contexto de descenso del precio del cobre y al mismo tiempo por la ausencia de empresas inversionistas interesadas en la adquisición de ambas unidades.
Si bien algunas fuentes del actual administrador concursal habían anunciado que la inversora de capitales irlandeses, Cove House Investment, estaba interesada por los activos del complejo metalúrgico de La Oroya y de la mina de Cobriza, posteriormente la información fue desmentida.
Lo cierto es que la situación de ambas unidades se ha complicado. En Cobriza se habrían despedido 223 trabajadores y el complejo metalúrgico no opera con sus diferentes circuitos.
Al parecer, la ausencia de inversores se debe a que el complejo metalúrgico es obsoleto y por lo tanto generaba altos niveles de contaminación. El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, señaló hace un tiempo que se podría considerar la posibilidad de excluir de la venta el circuito de producción de cobre ya que provoca contaminación por encima de los límites permitidos, debido a que no cuenta con una planta para tratar el dióxido de azufre. En consecuencia, planteó concentrarse en la venta de los circuitos de producción de plomo y zinc que sí tienen planta de tratamiento y también en la mina de Cobriza.
18 de enero de 2016
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