Una multitudinaria manifestación se llevó a cabo en el Valle de Tambo, provincia de Islay, en respuesta al anunciado reinicio del proyecto minero Tía María. Miles de pobladores se congregaron en la plaza San Francisco y el sector de La Curva, enarbolando banderolas verdes con el lema “Agro sí, mina no”, evidenciando su firme oposición a la actividad minera y su defensa de la agricultura local.
La protesta fue convocada tras la filtración de un memorando interno de Southern Copper Corporation (SCC), emitido el 28 de junio, en el que Óscar González Rocha, presidente ejecutivo de Grupo México, anunciaba: “Estando dadas las condiciones políticas y sociales en la provincia de Islay, la región y a nivel nacional, se comunica el reinicio de actividades en el proyecto Tía María con fecha 1 de julio de 2024.” Este anuncio, sumado a las declaraciones previas de González Rocha minimizando la oposición al proyecto, desencadenó una respuesta masiva que contradice contundentemente su afirmación de que solo unas 20 personas se oponían a Tía María.
La movilización, que partió de la plaza San Francisco de La Curva, recorrió Cocachacra hasta alcanzar el sector denominado El Fiscal. Durante su trayecto, los manifestantes bloquearon un tramo de la carretera Costanera, paralizando el tránsito y dejando varados a decenas de vehículos, principalmente de carga pesada.
La contundente manifestación contó con la presencia de congresistas por Arequipa, dirigentes sociales y población en general, unidos en su rechazo al proyecto Tía María y sus potenciales impactos sociales y ambientales. Entre las preocupaciones expresadas se incluyen la posible contaminación de fuentes de agua, afectaciones a la agricultura y un aumento en los conflictos sociales.
En contraste con la oposición local, el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, en una entrevista con Exitosa Noticias, declaró: “Este proyecto va a gatillar otros proyectos más. La población se ha dado cuenta, hoy necesitamos de estos proyectos, obviamente tienen que ir a la par de otros proyectos como la construcción de la presa, la intervención del Estado en todas las brechas sociales que existen en el Valle Tambo”. Estas declaraciones evidencian la disparidad entre la visión gubernamental y la realidad en el terreno, de no solo tener latente los beneficios económicos, sino también las preocupaciones ambientales y el rechazo social de las comunidades afectadas.
El Estado parece priorizar el desarrollo económico sin abordar adecuadamente las inquietudes locales. La empresa muestra una falta de sensibilidad hacia la realidad social de la zona. Y la población, sintiéndose ignorada y amenazada, recurre a la protesta como medio de hacer oír su voz
A pesar de la fuerte presencia policial, la protesta se desarrolló de manera pacífica, sin registrarse enfrentamientos con la Policía Nacional del Perú (PNP). Los manifestantes reiteraron su firme rechazo al proyecto minero y su determinación de defender sus actividades agrícolas.
“Sigamos manteniendonos unidos hasta la victoria, hoy se ha demostrado que el valiente y combativo, Valle de Tambo esta en pie de lucha, la agricultura es la actividad más importante del Valle de Tambo” manifestó un dirigente, convocando apoyo para posteriores días de manifestación.
5 de julio de 2024
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