Según el reporte del 30° Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú – OCM, en los últimos meses la naturaleza de los conflictos vinculados a la minería ha venido cambiando. Uno de esos cambios es la gran fragmentación de agendas y demandas, incluso entre los pobladores de zonas aledañas.
Por ejemplo, en el corredor minero del sur andino, cada 30 kilómetros se puede identificar expectativas que se expresan en demandas diferenciadas que generan movilizaciones con actores distintos que no tienen ni la capacidad ni el interés de articular entre sí. En esta zona, el OCM identifica que se ha configurado una suerte de situación de conflictividad casi permanente.
Incluso se evidencia cierta competencia entre distritos, provincias y regiones; también compiten entre comunidades: lo que una comunidad consigue de una negociación con la empresa minera o con el Estado, puede terminar siendo el incentivo de nuevas demandas de las comunidades vecinas que terminen en nuevos estallidos. Ante este escenario, según los especialistas que participaron de la presentación del informe es urgente realizar un giro en el abordaje de los conflictos sociales
Descargar el reporte aquí: https://bit.ly/3yZHKyr
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